El cáncer de próstata, representa el tumor maligno con mayor diagnóstico en hombres en la Argentina, constituyendo el 20.4% del total de los cánceres diagnosticados en nuestro país. Por otro lado representa la tercera causa de muerte por cáncer al ocasionar el 11,8% de las mismas. Gran parte de esta cantidad de muertes es explicada por la alta frecuencia en la que el tumor se diagnostica en forma tardía, en pacientes que ya presentan metastásis a distancia. Se estima que el diagnóstico tardío podría descender hasta un 50% de realizarse la búsqueda del tumor mediante la determinación precoz y oportuna del Antígeno protático Específico (PSA), así como de la realización de un Tacto Rectal.
¿Existen hombres con mayor riesgo de presentar Tumor de Próstata?
El factor de riesgo más importante para el desarrollo del cáncer de próstata es la edad avanzada. El cáncer de próstata es extremadamente infrecuente en menores de 40 años, aumentando su incidencia progresivamente a partir de entonces. En segundo lugar, el antecedente de uno o varios familiares de primer grado (padre y/o hermanos) que hayan sufrido dicho tumor, especialmente a edad temprana (menores de 65 años), por presentar el cáncer prostático un fuerte componente hereditario. Si bien se han postulado gran cantidad de otros factores que podrían influir perjudicial o preventivamente en el desarrollo de dicho tumor (ambientales, dietéticos, fármacos, etc.), los datos no son concluyentes.
¿Cuáles son las manifestaciones del tumor de próstata?
La mayoría de los cánceres de próstata se diagnostican en una etapa localizada y son asintomáticos. Con poca frecuencia puede presentarse con síntomas urinarios tales como: chorro débil, urgencia miccional, necesidad de orinar por la noche, presencia de sangre en la orina o semen, etc. Por el contrario, cuando un hombre presenta alguno de los síntomas mencionados, generalmente obedece a la presencia de la hipertrofia prostática benigna (HPB), es decir al agrandamiento prostático no tumoral. Esta diferencia tan marcada se debe a que la próstata tiene dos regiones bien diferenciadas, una periférica donde asienta la patología maligna o cancerosa, y otra central donde se produce la HPB.
Producto de que el tumor de próstata con poca frecuencia da síntomas, es importante su pezquisa o búsqueda cuando la misma esté indicada.
¿Cuáles son las medidas efectivas orientadas a un diagnóstico temprano del tumor?
La determinación del PSA en sangre, él cual es una glicoproteína producida por las células de la glándula prostática, constituye la prueba más útil y efectiva para la detección temprana del cáncer de próstata. Cuanto mayor sea el valor de PSA, la probabilidad de cáncer de próstata aumenta sostenidamente, de forma que valores de PSA > 10 ng/ml en sangre determinan una probabilidad cercana al 70% de padecer un tumor maligno en una biopsia prostática. Asimismo, a mayor nivel de PSA en sangre en presencia de un tumor, más probable es que la enfermedad sea avanzada.
¿En qué individuos está indicada la búsqueda de cáncer de próstata?
Se realiza mediante la determinación de PSA en sangre, estando indicada en los hombres con riesgo medio a partir de los 50 años de edad, y en los de mayor riesgo (antecedente familiar de primer grado de tumor de próstata) a partir de los 40 a 45 años. Respecto al intervalo entre determinaciones de PSA, de ser normal su valor se sugiere repetirlo cada uno a dos años.
¿Qué valor de PSA se consideran “peligrosos” y potencialmente sugerentes de cáncer de próstata?
El nivel de PSA aumenta a medida que el hombre envejece como consecuencia del incremento del volumen prostático. De forma que para cada rango etáreo es diferente el valor considerado “seguro” de PSA en sangre. Sin embargo, se acepta en forma generalizada y universal que recién a partir de 4 ng/ml existe riesgo de tumor prostático. Asimismo, un valor en el rango entre los 4 a 10 ng/ml no es concluyente de enfermedad oncológica prostática. De hallarse en un individuo esos valores, deberán realizarse determinaciones adicionales, particularmente calcular en sangre la relación o índice PSA LIBRE/PSA TOTAL, cuyo valor es predictor de enfermedad oncológica cuando el mismo es igual o mayor al 18% y/o tener en cuenta la velocidad de incremento del PSA, la cual se considerará significativa cuando el PSA aumenta más de 0,75 ng/ml en un año.
¿Puede el PSA estar elevado y no ser indicativo de cáncer de próstata?
Es muy importante destacar que un PSA elevado puede ocurrir en una serie de situaciones benignas tanto transitorias (p. ej., infección de la glándula prostática, traumatismo en la pelvis) como persistente (hipertrofia prostática benigna).
¿Qué utilidad tiene el tacto rectal?
El tacto rectal (TR) es la única maniobra del examen físico útil para el diagnostico del tumor de próstata. Mediante el tacto, se pueden puede detectar nódulos, induraciones y/o asimetrías de la próstata que pueden ser ocasionadas por el cáncer de próstata.
Como mencionamos, la próstata presenta una zona central y otra periférica, ocurriendo la mayoría de los tumores en la zona periférica. Este hecho trae aparejado dos elementos, uno positivo y otro negativo. El positivo es que es más fácilmente detectable, pudiendo un urólogo entrenado detectar tumores de tan sólo 0,2ml de volumen. El negativo es que al estar en la periferia de la glándula, no comprimen la uretra hasta estadíos avanzados y por ende no generan síntomas urinarios.
De todas maneras, debemos aclarar que hasta un 30% de los tumores de próstata no son detectados mediante el tacto rectal, debido a que los mismos presentan un volumen menor de 0,2 ml y/o ocurran en la zona anterior de la glándula (las caras posterior y laterales de la glándula prostática son las porciones de la próstata palpables a través del recto).
¿Cómo se realiza el diagnóstico de cáncer de próstata?
En aquellas personas que exista sospecha clínica de cáncer de próstata, ya sea debido a un PSA elevado y/o un TR “sospechoso” (nódulo, induración o asimetría) es indicación de biopsia prostática, para confirmar y/o descartar el diagnóstico. La decisión de la toma de biopsia debe consensuarse con el paciente, justificándose solamente si el paciente tiene una esperanza de vida de al menos 5 a 10 años. La biopsia prostática se realiza en forma transrectal, guíada por una resonancia magnética nuclear (RMN).
¿Cómo se determina la extensión de la enfermedad?
El cáncer de próstata potencialmente se puede extender en forma local y/o a distancia, en ésta última situación afecta característicamente los huesos. La evaluación de la extensión del tumor se realiza principalmente con Resonancia magnética nuclear de pelvis, centellograma óseo corporal, o bien estudios anatómicos funcionales como el PET-TC.
¿Qué opciones de tratamiento existen en la actualidad?
Ante la confirmación del diagnóstico de cáncer de próstata y luego de establecida la extensión del mismo, se deberá discutir con el paciente las opciones de tratamiento de acuerdo al grupo de riesgo al cual pertenezca, detallando los beneficios, riesgos y efectos adversos de cada terapia. Se deberán tener en cuenta la expectativa de vida (mayor o menor a 10 años), comorbilidades, y el estado general del paciente.
El tratamiento puede variar desde un tratamiento radical y con intención curativa, un tratamiento paliativo, hasta una vigilancia activa (control periódico sin intervención), la decisión entre las opciones debe ser consensuada siempre con el paciente.
Las diferentes modalidades de tratamiento disponibles van desde la cirugía radical (exéresis de toda la glándula prostática) pasando por la radioterapia, el bloqueo hormonal completo (implica la castración química, es decir se inhibe con fármacos la función de la glándula) y la braquiterapia (tipo de radioterapia localizada) hasta la vigilancia activa.
En todos los casos la elección del tratamiento adecuado deberá ser sugerida por un urólogo entrenado, y consensuada siempre con el paciente.
Dr. Ezequiel Fidalgo
Especialista en Urología.
Vicepresidente de la Agremiación Médica Platense.
Docente de la Cátedra de Urología de la Facultad de Ciencias Médicas, UNLP.
Dr. Nicolás Tibaldi
Especialista en Urología.
Consejero de la Agremiación Médica Platense.
Docente de la Cátedra de Urología de la Facultad de Ciencias Médicas, UNLP.