Cáncer es un término general que engloba a un grupo muy heterogéneo de enfermedades cuya característica en común es el crecimiento anormal y no controlado de las células. Pertenece a las denominadas enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) y representa una importante carga de enfermedad para los sistemas de salud en el mundo, sólo superada por las enfermedades cardiovasculares.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por año se diagnostican en el mundo 20 millones de nuevos casos de personas con algún tipo de cáncer y, aunque la distribución, prevalencia y el comportamiento de estas enfermedades varía según las regiones, constituye la segunda causa de muerte por ENT, y se encuentra dentro de las 10 primeras causas de muerte en todo el mundo, con aproximadamente 10 millones de muertes cada año.
Argentina se encuentra dentro de los países con incidencia de cáncer media-alta y, en el último registro oficial publicado en 2020 (estadísticas del ministerio de salud de la Nación), en relación a los países de la región de América Latina, se encuentra en 5.° lugar, con alrededor de 130.000 nuevos casos por año, subiendo dos posiciones con respecto a 2018. Es decir, su frecuencia está en aumento. Aunque este aumento, en principio preocupante y asociado al aumento en nuestro país de los factores de riesgo asociados al cáncer, también podría explicarse por el desarrollo y mejora en las técnicas diagnósticas, el envejecimiento poblacional con una mayor esperanza de vida, y una mejora en el registro epidemiológico.
Si analizamos la distribución de casos en la población general de nuestro país, veremos que el cáncer de mama fue el de mayor magnitud para el mismo periodo; en segundo lugar se encuentra el cáncer colorrectal y, en tercer lugar está el cáncer de pulmón.
Si discriminamos la distribución según género, veremos que en los hombres la mayor incidencia está dada por el cáncer de próstata (18,7% de todos los tumores malignos en este grupo), mientras que en las mujeres la mayor incidencia está dada por el cáncer de mama (32% de todos los tumores malignos en este grupo).
Ahora bien, hasta aquí está claro que es una enfermedad prevalente y que el número de nuevos casos está en aumento pero ¿qué pasa con la mortalidad?
En Argentina desde hace mucho tiempo el cáncer ha ocupado el 2.° lugar como causa de muerte, luego de las enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, los reportes analizados en las últimas dos décadas muestran una tendencia a la baja en la mortalidad global por cáncer (INC 2022), estadísticamente significativa, aunque con diferencias importantes según el género (descenso más pronunciado en hombres que en mujeres), según el tipo de tumor y según las jurisdicciones. Estas diferencias sugieren desigualdades en el acceso a diagnóstico precoz y/o a oportunidades terapéuticas de calidad, situación que pone en evidencia la necesidad de la revisión en la distribución de recursos y la puesta en marcha de acciones concretas destinadas a disminuir tales desigualdades.
Comprender las razones por las que las personas mueren ayuda a comprender cómo vivían, y permite a los países abordar las causas de mortalidad y adaptar los sistemas de salud de manera más eficaz y reducir las muertes evitables.
En este sentido es importante desmitificar el concepto de que el diagnóstico de cáncer es equivalente a un fin de la vida. El cáncer es una enfermedad curable en la gran mayoría de los casos que son detectados en etapas tempranas e incluso en algunos casos, puede ser prevenible. Mientras que en otros casos, gracias a los avances tecnológicos e investigación, se ha convertido en una enfermedad crónica en la que los pacientes pueden llevar una vida prácticamente normal, siguiendo sus chequeos y tratamientos indicados.
Entonces ¿cómo reducir la carga de enfermedad?
El cáncer puede prevenirse y controlarse implementando estrategias basadas en la evidencia para la prevención, tamizaje y detección temprana, el tratamiento oportuno y adecuado y la suma de los cuidados paliativos.
Con el conocimiento actual de los factores de riesgo implicados en el desarrollo de esta enfermedad, y aplicando estrategias preventivas basadas en evidencia, se calcula que podrían evitarse alrededor del 30 a 40 % de los casos. Además, la carga de enfermedad puede reducirse significativamente mediante la detección precoz y el tratamiento oportuno y adecuado de los pacientes.
Factores de riesgo
Es importante reconocer cuales son los factores de riesgo modificables más comunes para el cáncer que, además, son comunes para muchas otras enfermedades no transmisibles, y estos son el consumo de tabaco, la baja ingesta de frutas y verduras, el alto consumo de carnes rojas, embutidos y productos industrializados, el sobrepeso y obesidad, el consumo nocivo de alcohol, el sedentarismo o la insuficiente actividad física.
Existen otros factores de riesgo específicos para el cáncer como son las infecciones crónicas por virus del papiloma humano (HPV), para cáncer cervicouterino, virus hepatitis B o C, para cáncer de hígado, y la infección por H pylori, para cáncer de estómago. También la exposición a radiación ultravioleta (exposición solar y/o camas solares), para el cáncer de piel.
Prevención
Adoptar hábitos de vida más saludables, es una decisión que puede transformarse en acción con pequeños cambios en el día a día y que tendrá una gran repercusión en nuestra salud a corto, mediano y largo plazo.
* El riesgo de cáncer puede reducirse:
● evitar el consumo de tabaco
● mantener un peso corporal saludable
● mantener una alimentación saludable que incluya frutas y hortalizas
● realizar actividad física con regularidad
● evitar o reducir el consumo de alcohol
● vacunación contra el papilomavirus humano (HPV) y vacunación contra virus hepatitis B en caso de pertenecer a los grupos en los que se recomienda esta intervención
● evitar la radiación ultravioleta (principalmente, por la exposición al sol en horarios no recomendados y/o por periodos prolongados, y en los aparatos de bronceado artificial)
● Utilizar protector solar
● Utilizar preservativo durante las relaciones sexuales
La detección temprana también salva vidas.
Y cuando hablamos de detección temprana hacemos referencia a dos instancias diferentes, antes de la aparición de síntomas: a través del Tamizaje, y cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, a través del Diagnóstico Precoz.
DIAGNÓSTICO PRECOZ
Se ha demostrado que los retrasos en cualquier parte del proceso, desde la evaluación inicial y la derivación hasta el diagnóstico definitivo, tratamiento, seguimiento y la atención del paciente impactan de manera negativa en la supervivencia de cualquier forma de cáncer. Es importante reconocer la presencia de síntomas y consultar sin demoras con los equipos de salud al respecto. Cuando se detecta a tiempo, las posibilidades de responder al tratamiento son mayores, y esto puede dar lugar a una mayor supervivencia con menor morbilidad, así como también con menores costos para el sistema de salud.
TAMIZAJE
Tamizar significa realizar una prueba diagnóstica en personas presuntamente sanas, pero que pertenecen a un grupo de riesgo para el desarrollo de una determinada enfermedad, con el objetivo de identificar lesiones premalignas o tumores en estadios iniciales, cuando aún no dieron síntomas y cuyo tratamiento disminuye significativamente su morbilidad y su mortalidad.
Es importante remarcar que todo resultado positivo de una prueba de tamizaje requiere de una confirmación a través de un 2do método con mayor especificidad (biopsia).
También es importante aclarar que cuando estamos analizando indicar una prueba de tamizaje, no todos los individuos tienen el mismo riesgo de desarrollar un determinado cáncer, por lo tanto analizar cuestiones personales y familiares de cada individuo es importante a la hora de realizar una recomendación individual.
Actualmente los cánceres donde existe mayor evidencia para realizar pruebas de tamizaje son: cáncer de mama, cáncer de colon y recto, el cáncer cervicouterino y el cáncer de pulmón.
Tamizaje en cáncer de mama
Si bien podemos decir que en nuestro país 1 de cada 13 mujeres padecerán un cáncer de mama a lo largo de su vida, no todas las mujeres tienen el mismo riesgo. Como se mencionó previamente, el riesgo dependerá de cuestiones personales y familiares.
Por ejemplo, el pico de incidencia para el diagnóstico del cáncer de mama está entre los 50 y 65 años, pero aproximadamente un 10% de los casos ocurre en menores de 40 años, y en este grupo etario es clave identificar antecedentes personales o familiares que podrían implicar un riesgo aumentado y la necesidad de un tamizaje diferencial.
Entonces se recomienda la consulta con el médico de cabecera para definir el riesgo individual y planificar una estrategia preventiva individualizada.
Como marco general, en el año 2021 se realizó el último consenso entre la Sociedad Argentina de Mastología y especialidades afines, donde se establecieron las recomendaciones vigentes para nuestro país
Tamizaje individual u oportunista en mujeres de riesgo promedio (sin antecedentes personales o familiares que aumenten el riesgo):
• Mamografía bilateral: una vez por año
• Edad de inicio: 40 años
• Edad de finalización: no está determinada. Se recomienda continuar mientras la expectativa de vida exceda los 5 años.
• En mujeres con mamas densas, complementar con ecografía
Tamizaje en cáncer de colon y recto (CCR)
El CCR es el 2do cáncer más frecuente en nuestro país, tanto en hombres como en mujeres, con más de 15.600 nuevos casos diagnosticados por año, y con un preocupante aumento en su incidencia, particularmente en poblaciones cada vez más jóvenes. También es responsable de alrededor de 7.200 muertes por año.
Sin embargo, el CCR es uno de los tumores más fáciles de prevenir.
El CCR se origina, en la gran mayoría de los casos, a partir de una lesión precursora denominada pólipo o adenoma (crecimiento anormal de las células en la pared del intestino). La transformación de esta lesión precursora hasta formar un cáncer ocurre muy lentamente, en un periodo que suele demorar entre 10 a 15 años.
La detección y extirpación del adenoma puede evitar el desarrollo de la enfermedad. En contraposición, si esta lesión precursora no se identifica y se extirpa a tiempo puede desarrollar un cáncer.
Si el CCR se detecta tempranamente, las posibilidades de curación son superiores al 90%, los tratamientos son menos costosos para el sistema de salud y menos agresivos para el paciente.
En nuestro país los factores de riesgo para esta enfermedad asociados al estilo de vida están en aumento. Argentina se ubica en el mundo como un país de incidencia moderada, pero de mortalidad elevada. Este comportamiento epidemiológico traduce que, aun con el conocimiento de la evolución natural de la enfermedad y existiendo formas de tamizaje disponibles y con eficacia comprobada, la mayoría de las veces el diagnóstico ocurre en etapas avanzadas.
Si bien hoy existen algunas controversias en cuanto a la edad de inicio para el tamizaje, el Instituto Nacional del Cáncer lleva adelante el Programa de Prevención y Detección Temprana del CCR, el cual recomienda realizar tamizaje con la siguiente modalidad:
Tamizaje poblacional (hombres y mujeres sin antecedentes personales ni familiares que aumentan el riesgo)
● Test de sangre oculta en materia fecal (TSOMF): una vez al año
● Edad de inicio: 50 años
● Edad de finalización: hasta los 75 años
● Videocolonostopia complementaria para los casos con resultado de test positivo
Para este mismo grupo poblacional, realizar una videocolonoscopía a los 50 años y repetirla cada 10 años (de no existir hallazgos) es una alternativa válida a la realización del test. Sin embargo, por muchas razones dentro de las cuales la accesibilidad, los costos, la seguridad y la adherencia son relevantes, el TSOMF, es el método elegido por el programa nacional.
Cabe mencionar que como ocurre en otros tipos de tumores, existen aspectos personales y/o familiares que implican un riesgo aumentado de desarrollar CCR, como son el antecedentes de la extirpación de pólipos intestinales, el diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa, enfermedad de crohn), también antecedentes de familiares cercanos -padres, hermanos o hijos menores de 60 años- con diagnóstico de CCR, sme de Lynch, entre otros. Estos grupos de riesgo aumentado deben recibir un asesoramiento individualizado para definir estrategias de abordaje diferencial.
El CCR se puede prevenir y se puede curar. Las recomendaciones, basadas en la evidencia, de cómo hacerlo están a disposición. Constituye un desafío pendiente mejorar su organización e implementación para alcanzar a más personas y que el diagnóstico tardío sea solo la excepción.
Tamizaje de cáncer cervico-uterino (CCU)
Si bien el cáncer de cuello de útero es una enfermedad altamente prevenible con las estrategias actuales, es el 3er tumor más frecuente en mujeres argentinas, y la 5ta causa de muerte por cáncer en esta población. Más de 2.200 mujeres mueren por año a causa de esta enfermedad.
Su comportamiento epidemiológico merece resaltar algunos puntos relevantes, por constituir el paradigma de la desigualdad en salud. Esta enfermedad ¨fácilmente prevenible¨ afecta principalmente a mujeres vulnerables social, económica y educacionalmente. Estas mujeres, la mayoría jóvenes y muchas veces cabeza de familia, deben enfrentar múltiples barreras de acceso al sistema de salud cuya consecuencia catastrófica es la falta de acceso a un cuidado oportuno. La morbimortalidad en este grupo poblacional es a su vez generadora de mayor vulnerabilidad que se extiende a su grupo familiar.
El virus del papiloma humano (HPV), de transmisión sexual, ampliamente difundido en nuestra sociedad, está implicado en el origen del CCU, así también como en otros tipos de cánceres (vagina, vulva, ano y cavidad oral).
Existen vacunas seguras y que protegen eficazmente frente a los subtipos virales más frecuentes y de mayor riesgo. Se considera que la vacunación poblacional, junto al tamizaje a través del papanicolau o el test de VPH son las estrategias de prevención más importantes y necesarias.
El INC lleva adelante desde el año 2011 el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino y propone una estrategia integral para su abordaje que incluye:
● Prevención primaria: vacunación obligatoria contra VPH a niñas y niños de 11 años
● Prevención secundaria: tamizaje de mujeres a través del Papanicolau o el test de VPH
● Prevención terciaria: con el tratamiento adecuado y oportuno de los casos diagnosticados
Sin embargo, desde hace más de 30 años la mortalidad por CCU en Argentina se mantiene estable y, a pesar de la falta de impacto de las acciones preventivas, no ha habido un análisis sistemático para comprender en profundidad las razones de este fracaso. Queda una importante tarea sobre la que avanzar.
Tamizaje de cáncer de pulmón (CP)
Se diagnostican cerca de 12.000 casos por año en nuestro país, y es la primera causa de muerte por cáncer con aproximadamente 8.500 muertes al año. Su principal causa es el consumo y/o exposición al tabaco (cerca del 90 % de los casos) y suele no dar síntomas hasta estadios avanzados de la enfermedad.
Se presenta en todas las edades aunque el pico de incidencia está alrededor de los 70 años.
En la actualidad existe evidencia del beneficio del tamizaje de este tipo de tumores y se recomienda
● Tomografía de tórax de baja densidad de dosis (TCBD)
● Personas de alto riesgo (Índice de tabaco de 20 paquetes-año o más) * Incluso si han dejado de fumar
● Edad: entre 55 y 75 años de edad
● Periodicidad: anual
Nuestro país aún no cuenta con un programa nacional que organice y disponga de los recursos a fin de llevar a cabo un tamizaje poblacional, por lo tanto es importante la información de la comunidad al respecto y el asesoramiento con los equipos de salud de aquellas personas que podrían beneficiarse del mismo.
Aunque la TCBD es una intervención que pudiera considerarse costosa, el realizar un diagnóstico temprano disminuye de manera significativa el costo del tratamiento e incrementa la sobrevida y la calidad de vida del paciente con CP. La detección, el diagnóstico y el tratamiento oportuno del CP son fundamentales para alcanzar mejores resultados a largo plazo y proteger el bienestar del paciente. Desarrollar un programa de detección oportuna para el cáncer que más muertes ocasiona por año en nuestro país se suma a los desafíos pendientes de alcanzar.
En nuestra ciudad, el Hospital San Juan de Dios lleva adelante un Programa Piloto de Tamizaje de Cáncer de Pulmón, basado en tomografía, en contexto de investigación, a cargo de un equipo multidisciplinario, y junto al consultorio para cesación tabáquica proponen al abordaje dirigido e integral de esta enfermedad.
AVANCES EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER
Los avances científicos han permitido desarrollar nuevas y mejores opciones de tratamiento para aquellos pacientes en los que el diagnóstico se realiza en etapas más tardías, donde no siempre puede ofrecerse un tratamiento con intención curativa. Para estos casos, las nuevas estrategias de abordaje terapéutico abarcan desde las mejoras en las técnicas quirúrgicas, nuevas modalidades y usos de la radioterapia, más eficaces y con menos efectos adversos, el análisis genómico del tumor, con la posibilidad tratamiento dirigidos - ¨traje a medida¨-, el advenimiento de la inmunoterapia, el tratamiento con células CAR-T, los anticuerpos conjugados y, por supuesto, la quimioterapia, que sigue teniendo un rol fundamental en el tratamiento del cáncer.
Vivimos una época revolucionaria para el tratamiento del cáncer y cuando no podemos curar, muchas veces las nuevas opciones de tratamiento permiten cronificar y convivir con la enfermedad, sin necesidad de renunciar a una buena calidad de vida. Argentina ha realizado un enorme esfuerzo por acompañar el ritmo de innovación, y aunque con desigualdades en el acceso que deben ser atendidas, la enorme mayoría de medicamentos y nuevas tecnologías que están disponibles en el mundo, lo están también en nuestro país.
Sin embargo, aunque muchas personas puedan creer que los avances tecnológicos en el tratamiento del cáncer son la principal forma de control de esta enfermedad, para disminuir la mortalidad por cáncer es fundamental que combinemos estrategias eficaces de prevención y detección temprana, junto con los avances en el tratamiento de la enfermedad avanzada.
En este sentido, educar e informar a la comunidad resulta clave para lograr una mayor participación en programas de tamizaje, la adopción de hábitos de vida saludable y la educación para el reconocimiento precoz de síntomas asociados al cáncer.
4 de febrero Día Mundial del Cáncer
La designación de un día para la conmemoración del cáncer busca hacer un espacio para la reflexión y unir a la sociedad en el avance para el control de esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Para lograr este objetivo, son elementos fundamentales la información y la concientización. Estas constituyen el impulso para la prevención y el diagnóstico temprano, las herramientas más importantes para abordar esta enfermedad.
A pesar de todos los avances de la medicina que permiten prevenir muchas veces, curar otras veces, tratar, acompañar y mejorar la calidad de vida, siempre, la sociedad sigue percibiendo al cáncer con mucho temor, como uno de los peores diagnósticos posibles, incluso existiendo otras enfermedades igual o más agresivas.
Es importante deconstruir esta representación del cáncer en el imaginario social, y para lograrlo debemos informar y educar a la comunidad y brindarle las herramientas necesarias para tener mayor control de su salud, tanto individual como colectivamente.
Los pacientes con cáncer necesitan adaptarse a su nueva realidad y lidiar con distintas situaciones que involucran cambios físicos, psicológicos y/o sociales durante las diferentes etapas del tratamiento. El apoyo familiar y social ayuda a manejar las dificultades que conlleva esta enfermedad y su tratamiento.
Los desafíos que debe afrontar una persona diagnosticada con cáncer no deben transformarse en una carga individual sino un desafío colectivo, con distintos actores, responsabilidades y escenarios involucrados.
Este desafío no solo busca curar la enfermedad, sino también mejorar la calidad de vida de las pacientes y familias afectadas, y allanar el camino de las personas a favor de la salud.
Para quienes busquen más información al respecto, se recomienda consultar los siguientes links
● Instituto Nacional del Cancer, Argentina (https://www.argentina.gob.ar/salud/inc)
● Instituto Provincial del Cancer (https://www.ms.gba.gov.ar/sitios/controldecancer/)
● Instituto Nacional del Cancer, EEUU (https://www.cancer.gov/espanol/cancer/naturaleza/que-es)
● Organizacion Panamericana de Salud (OPS): https://www.paho.org/es/temas/cancer
● Organizacion Mundial de la Salud (OMS) (https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail)
● National Comprehensive Cancer Network (NCCN) https://www.nccn.org/
● Luzca bien, siéntase mejor (https://luzcabien.org.ar/)
● Macma (https://macma.org.ar/)
● Oll.Can (https://www.all-can.org/national-initiatives/argentina/)
María Laura Lujan
Médica especialista en Oncología.
Maestría Internacional en Biología Molecular.
Presidenta de la Sociedad de Cancerología de La Plata.
Investigadora para el Centro de Medicina Traslacional del Hospital de Alta Complejidad en Red, Florencio Varela
Médica asistencial en Centro Oncológico Integral, La Plata. HEC y Hospital San Juan de Dios de La Plata.
Médica agremiada a AMP
Equipo de Comunicación en Promoción y Prevención de la Salud. - Portal Comunidad AMP – Agremiación Médica Platense.
"JUNTOS FORTALECIENDO LA PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN DE LA SALUD”